Si te encanta la combinación de chocolate blanco y frambuesas, esta receta es perfecta para ti. El helado de chocolate blanco con trozos de frambuesa fresca es una delicia, una especie de transición entre lo dulce y lo ácido. El chocolate blanco aporta ese reconfortante dulzor, y las frambuesas le dan ese toque refrescante y afrutado. Y gracias al Ninja Creami, ¡tendrás una textura ultracremosa para chuparse los dedos!

Ingredientes :
200 g de chocolate blanco 200 ml de leche entera 200 ml de nata líquida 2 cucharadas de sirope de agave (¿por qué no?) 100 g de frambuesas frescas (para darle un toque ácido) Una pizca de sal (opcional, pero ya sabes, realza los sabores)
¿Empezamos? Primero, derrite el chocolate blanco suavemente al baño maría o en el microondas. La idea es obtener un chocolate suave y sin grumos. Luego, mezcla este chocolate fundido con la leche, la nata, el sirope de agave y una pizca de sal (si decides añadir un poco). Bate bien para que todo esté perfectamente integrado, y entonces ya podrás percibir ese delicioso aroma a chocolate blanco... ¡es difícil no meter la cuchara en el vaso!
Vierte todo esto en el recipiente Ninja Creami y, de nuevo, ten cuidado de no sobrepasar la de LLENADO MÁXIMO (¡seguimos las reglas! 😅). Luego, congela durante 24 horas. Sí, lo sé, es largo, pero créeme, vale la pena.
Al día siguiente, sacas el recipiente, lo introduces en la Ninja Creami y seleccionas el "Helado" . En unos minutos, tendrás un helado de chocolate blanco supercremoso, pero espera, aún no ha terminado.

Ahora viene la parte divertida: añade los trozos de frambuesa fresca con la "Mezclar" . Este modo te permite incorporar las frambuesas sin destruirlas, para que conserves ese toque ácido en cada bocado. Es la combinación perfecta entre la cremosidad del chocolate blanco y el toque afrutado y fresco de las frambuesas. Si la textura está demasiado firme, ¡un pequeño Respin y listo!
Para un capricho aún más exquisito, puedes añadir trocitos de chocolate blanco o incluso un chorrito de coulis de frambuesa por encima para realzar el sabor afrutado. Personalmente, me encanta el contraste entre el fondant y los trocitos de fruta.
¡Listo! ¡Tu helado de chocolate blanco con trocitos de frambuesa está listo! Es fresco, delicioso y, lo más importante, una receta que te encantará preparar una y otra vez. ¡Que lo disfrutes!